Este artículo refleja un viaje a través de la era pirata y del streaming, enfatizando los desafíos del acceso al entretenimiento y el auge de las plataformas de streaming.
El autor recuerda una época en la que la piratería era necesaria para acceder a música, películas y series.
El texto discute el dominio posterior de las plataformas de streaming como Netflix y Spotify, seguido de la fragmentación del contenido en múltiples plataformas pagas.
La conclusión aboga por un retorno a la piratería como medio para acceder a contenidos diversos.
Hace varios años se vivió una gran era pirata donde teníamos a disposición cientos de sitios para encontrar contenidos (películas o series) a los cuales era muy difícil tener acceso. Ver series, películas, anime, u obtener música era imposible en muchísimas latitudes en todas partes del mundo y la piratería era la única forma posible de lograrlo.
Fue el esfuerzo desinteresado de muchos entusiastas lo que permitió crear comunidades para acceder, traducir y subtitular todo tipo de contenido. Sitios como Taringa, McAnime, Submanga, Megaupload, Mediafire, etc. Sin ellos no habría visto anime, ni películas ni series. Material que no hubiera llegado a mí país nunca o para el cual tendría que haber esperado (sin saberlo) por la llegada de plataformas de streaming.
Luego, con la llegada del streaming, ya no era tan necesario zarpar hacía alta mar pero todos los ejecutivos de las empresas de producción quisieron su tajada de la torta de las suscripciones y ahora estamos casi que en las mismas. Películas que no están en ninguna plataforma o no están en la plataforma que yo pago suscripción. Música que no está en el catálogo de ninguna plataforma de audio o que no está en la que yo pago. Lo mismo con el anime. Peor con el manga.
En este artículo contaré un poco de esa gran época, la era del streaming y de la nueva era de la piratería. Si llegas aquí y no quieres leer todo, te dejo un resumen:
Piratear algo siempre será moralmente correcto.
Que hayas pirateado una película no significa que la productora haya perdido tu dinero. Probablemente, en primer lugar, nunca lo iba a tener.
Comencemos.
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